LA PINCOYA.
Se cuenta que el Millalobo, el rey del mar, porque dirige las mareas y todo cuanto hay bajo el océano, se enamoró de una joven llamada Huenchula. De esta unión nació una criatura que la joven llevó consigo cuando regresó a la casa de sus padres, no sin antes advertirles que su bebé debía permanecer lejos de toda mirada.
Sin embargo, la curiosidad pudo más y los abuelos destaparon a su nieta. Pero al hacerlo, esta se convirtió en agua cristalina. Huenchula recurrió desesperada a su marido, quien la consoló y le mostró una hermosa adolescente, de largos cabellos dorados, encanto y dulzura incomparables, semidesnuda en un traje de algas. Era en lo que se había transformado su hija, a quien llamaron Pincoya.
La labor de la Pincoya es proteger al mar, sembrarlo y rescatar a los náufragos. Todos los mariscos y peces que el Millalobo generosamente ofrece a los pescadores en los mares de Chiloé, son sembrados en mares y playas por las fecundas manos de la Pincoya, quien sale de las profundidades del agua a bailar en las playas. Se cree que cuando danza mirando hacia el océano, está avisando que habrá abundancia de peces y mariscos. Y cuando lo hace mirando hacia la costa, habrá escasez.
Para ser favorecido por la Pincoya, es necesario estar contento; por eso los pescadores se acompañan de amigos y amigas alegres. Si se pesca o marisca mucho en un solo lugar, la Pincoya se enoja y abandona aquella zona, que luego queda estéril.
La Pincoya también se encarga de rescatar a los marinos que naufragan y, si estos mueren, los lleva dulcemente hasta el Caleuche, donde revivirán como tripulantes del barco fantasma a una nueva vida de eterna felicidad.
lunes, 12 de enero de 2009
Rincón de fábulas
La víbora y la luciérnaga.
Cuentan por ahí que cierto día una serpiente empezó a perseguir a una Luciérnaga.
La pobre luciérnaga trataba de escapar rápidamente, tenía bastante miedo; pero la feroz serpiente que la perseguía no estaba dispuesta a dejarla vivir.
Voló velozmente por un día, pero atrás de ella seguía la serpiente. Voló rápido otro día, y la continuaban persiguiendo. Otró día más, y ahí estaba su perseguidora.
Ya cansadísima, la luciérnaga se detuvo y le preguntó a la serpiente:
¿Acaso te alimentas de luciérnagas?No
¿Hice acaso algo que te lastimara?No
Entonces, ¿Por qué deseas terminar conmigo?- Porque no soporto ver que brilles.....SssSsSsSsSsS!!
Moraleja: No seas víbora, respeta, valora y alégrate de los triunfos y brillos ajenos. Trata a los demás como quieres ser tratado.
Cuentan por ahí que cierto día una serpiente empezó a perseguir a una Luciérnaga.
La pobre luciérnaga trataba de escapar rápidamente, tenía bastante miedo; pero la feroz serpiente que la perseguía no estaba dispuesta a dejarla vivir.
Voló velozmente por un día, pero atrás de ella seguía la serpiente. Voló rápido otro día, y la continuaban persiguiendo. Otró día más, y ahí estaba su perseguidora.
Ya cansadísima, la luciérnaga se detuvo y le preguntó a la serpiente:
¿Acaso te alimentas de luciérnagas?No
¿Hice acaso algo que te lastimara?No
Entonces, ¿Por qué deseas terminar conmigo?- Porque no soporto ver que brilles.....SssSsSsSsSsS!!
Moraleja: No seas víbora, respeta, valora y alégrate de los triunfos y brillos ajenos. Trata a los demás como quieres ser tratado.
Rincón de narración
El Trauco
Se cuenta que el Trauco es un hombrecito que mide alrededor de 80 centímetros, tiene un rostro varonil y feo, sin embargo posee una mirada muy dulce y sensual. No tiene pies, sus piernas terminan en simples muñones. Dicen que viste traje y sombrero de Quilineja, planta trepadora también conocida como coralito, usada para hacer canastos o escobas. En su mano derecha lleva un hacha de piedra, que remplaza por un bastón, llamado Pahueldún, cuando se encuentra frente a una muchacha soltera que ha ingresado al bosque. Los que han visto al Trauco dicen que se cuelga de la rama de un Tique, árbol de gran altura, también conocido como Olivillo. Desde aquí espera a sus víctimas. Suele habitar cerca de las casas de los chilotes para así poder vigilar a las doncellas que le interesan. Se mete a las casas, cocinas y a todos los lugares imaginables sólo para ubicar a una nueva "conquista". Los habitantes de Chiloé, conociendo las mañas de este pequeño individuo, tratan de no descuidar a sus hijas. Para esto toman precauciones tales como evitar que vayan solas a buscar leña o a arriar los animales. Son en esas oportunidades donde el Trauco aprovecha de utilizar su magia.
A pesar de su afán por perseguir doncellas, el Trauco jamás actúa frente a testigos, es decir, nunca atacará a una muchacha si esta va acompañada de alguien. Cuando divisa a una niña desciende rápidamente del árbol. Luego da tres hachazos al Tique, con los que parece derribarlos todos.
La muchacha luego de recuperarse del susto, se encuentra con el Trauco a su lado, quien sopla suavemente su bastón. La niña sin poder resistir el encanto del Trauco cae en un profundo sueño de amor.
La muchacha, al despertar del embrujo, regresa a su casa sin saber claramente lo sucedido.
Nueve meses después, tras haber experimentado cambios en su cuerpo por la poseción del Trauco, nace el hijo de este misterioso ser.
Se cuenta que el Trauco es un hombrecito que mide alrededor de 80 centímetros, tiene un rostro varonil y feo, sin embargo posee una mirada muy dulce y sensual. No tiene pies, sus piernas terminan en simples muñones. Dicen que viste traje y sombrero de Quilineja, planta trepadora también conocida como coralito, usada para hacer canastos o escobas. En su mano derecha lleva un hacha de piedra, que remplaza por un bastón, llamado Pahueldún, cuando se encuentra frente a una muchacha soltera que ha ingresado al bosque. Los que han visto al Trauco dicen que se cuelga de la rama de un Tique, árbol de gran altura, también conocido como Olivillo. Desde aquí espera a sus víctimas. Suele habitar cerca de las casas de los chilotes para así poder vigilar a las doncellas que le interesan. Se mete a las casas, cocinas y a todos los lugares imaginables sólo para ubicar a una nueva "conquista". Los habitantes de Chiloé, conociendo las mañas de este pequeño individuo, tratan de no descuidar a sus hijas. Para esto toman precauciones tales como evitar que vayan solas a buscar leña o a arriar los animales. Son en esas oportunidades donde el Trauco aprovecha de utilizar su magia.
A pesar de su afán por perseguir doncellas, el Trauco jamás actúa frente a testigos, es decir, nunca atacará a una muchacha si esta va acompañada de alguien. Cuando divisa a una niña desciende rápidamente del árbol. Luego da tres hachazos al Tique, con los que parece derribarlos todos.
La muchacha luego de recuperarse del susto, se encuentra con el Trauco a su lado, quien sopla suavemente su bastón. La niña sin poder resistir el encanto del Trauco cae en un profundo sueño de amor.
La muchacha, al despertar del embrujo, regresa a su casa sin saber claramente lo sucedido.
Nueve meses después, tras haber experimentado cambios en su cuerpo por la poseción del Trauco, nace el hijo de este misterioso ser.
Rincón de poesía
Miss bruja
Para ser bruja preciosa
debes oler siempre a ajo,
tener la cara verdosa
y los pelos de estropajo.
Ser huesuda y orejuda
y lucir en la nariz
una verruga peluda
larga como una lombriz.
Tener un único diente
y una colosal joroba.
Hablar con voz estridente
y apoyarte en una escoba.
Si además de todo esto
te vistes siempre de oscuro
y vives en sitio infecto,
serás Miss Bruja, seguro.
(Las brujas trillizas, editorial CCS)
Para ser bruja preciosa
debes oler siempre a ajo,
tener la cara verdosa
y los pelos de estropajo.
Ser huesuda y orejuda
y lucir en la nariz
una verruga peluda
larga como una lombriz.
Tener un único diente
y una colosal joroba.
Hablar con voz estridente
y apoyarte en una escoba.
Si además de todo esto
te vistes siempre de oscuro
y vives en sitio infecto,
serás Miss Bruja, seguro.
(Las brujas trillizas, editorial CCS)
Rincón de cuentos ,El rio
Allá en lo alto de las montaña cubierta por la nieve que se derrite, nace un pequeño hilito de agua.
Serpenteando entre las rocas y la tierra dura, el agua helada se desliza tratando por todos los medios de sobrevivir y llegar al hermoso valle que se distingue lejano.
A medida que baja, se le van uniendo más hilos de agua, que como él, quieren llegar al valle. Y así va creciendo. Y creciendo.
Más abajo ya es un arroyo que con alegría y fuerza juvenil serpentea y canta mientras baja entre las quebradas. Y así va creciendo.
En cuanto llega al valle se junta con otros arroyuelos. Y con la ayuda de estos nuevos amigos va creciendo y bañando los campos de trigo. Ya es un río. Y creciendo.
Más adelante en unos cañones profundos se va uniendo a otros ríos, serio y responsable. Trabajador. Nutre de vida los campos aledaños y calma la sed de los animales que se acercan a su orilla.
El viaje continúa y ya es un gran caudal que tranquilo y reposado se desliza suavemente para que los botes de los pescadores que lo navegan no se hundan. Ya puede ver, a lo lejos, su final. El agua prometida, el mar.
Y en ese lugar el río muere para ser parte del océano que lo acoge después de tan largo y feliz viaje
Serpenteando entre las rocas y la tierra dura, el agua helada se desliza tratando por todos los medios de sobrevivir y llegar al hermoso valle que se distingue lejano.
A medida que baja, se le van uniendo más hilos de agua, que como él, quieren llegar al valle. Y así va creciendo. Y creciendo.
Más abajo ya es un arroyo que con alegría y fuerza juvenil serpentea y canta mientras baja entre las quebradas. Y así va creciendo.
En cuanto llega al valle se junta con otros arroyuelos. Y con la ayuda de estos nuevos amigos va creciendo y bañando los campos de trigo. Ya es un río. Y creciendo.
Más adelante en unos cañones profundos se va uniendo a otros ríos, serio y responsable. Trabajador. Nutre de vida los campos aledaños y calma la sed de los animales que se acercan a su orilla.
El viaje continúa y ya es un gran caudal que tranquilo y reposado se desliza suavemente para que los botes de los pescadores que lo navegan no se hundan. Ya puede ver, a lo lejos, su final. El agua prometida, el mar.
Y en ese lugar el río muere para ser parte del océano que lo acoge después de tan largo y feliz viaje
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